¿Quieres cultivar Cannabis como un verdadero profesional? Entonces hay algo que tienes que tener muy claro antes de soñar con cogollos densos, resinosos y llenos de terpenos: El ciclo de vida de la planta.
Porque no se trata de poner una semilla en tierra y cruzar los dedos.
Cada etapa del cultivo —germinación, plántula, crecimiento y floración— es un mundo propio. Y si no sabes cómo moverte en cada una, puedes perder tiempo, recursos… o directamente toda la cosecha.
Cultivar bien es estrategia, observación y timing. No es suerte: es precisión.
En esta guía definitiva y visual, te llevamos paso a paso por cada fase del crecimiento del Cannabis, desde la radícula que asoma hasta los tricomas maduros listos para la cosecha. Aquí aprenderás:
- Qué observar en cada etapa
- Cómo actuar para potenciar el desarrollo
- Cuándo intervenir para evitar errores fatales
- Y qué prácticas hacen la diferencia entre un cultivo promedio… y una cosecha rica
No importa si estás partiendo o si ya has cultivado antes. Esta Guía Definitiva de Cultivo de Cannabis en Chile te va a dar la mirada y las herramientas que marcan la diferencia entre un cultivo amateur y uno realmente profesional.
Prepárate para dominar el viaje completo de tu planta, con criterio, técnica y visión pro.
Porque cuando entiendes el ciclo… cultivas distinto.
El Comienzo de Todo – Etapa de Germinación
Aquí empieza todo. La germinación es el momento cero del ciclo de vida del Cannabis: el instante exacto en el que una semilla aparentemente inerte decide que es hora de convertirse en algo mucho más grande.
No hay margen para errores aquí. Una mala germinación no solo atrasa tu cultivo, puede arruinarlo por completo. Pero con el enfoque correcto, verás cómo esa pequeña cápsula se transforma en una planta vibrante y lista para crecer con todo.

¿Qué hay dentro de una semilla?
Aunque la veas dura, seca y cerrada, dentro de cada semilla hay un diseño de ingeniería biológica impecable:
- Un embrión que contiene el ADN de toda la planta.
- Dos cotiledones (las primeras hojas), cargados con energía inicial.
- Una cáscara externa que la protege… hasta que tú decidas que es hora.
Tu misión como cultivador es simple: darle las condiciones perfectas para que despierte.
Las 3 condiciones que activan la vida
No necesitas suerte. Necesitas precisión. Esto es lo que realmente importa para una germinación con tasa de éxito altísima:
- Humedad directa y continua. No confundas humedad ambiental con humedad real. La semilla necesita estar en contacto constante con un medio húmedo (como papel mojado o sustrato). Eso ablanda la cáscara y activa la raíz.
- Temperatura constante (22–25 °C). Demasiado frío, y todo se paraliza. Demasiado calor, y podrías matar la semilla. El rango óptimo es sagrado.
- Oscuridad total. En la naturaleza, las semillas germinan bajo tierra. El exceso de luz las estresa. Dale oscuridad y tranquilidad: despertará más rápido.
Cuando logras ese balance, la germinación deja de ser una cuestión de suerte y se convierte en un proceso controlado y predecible.
¿Qué vas a ver?
Primero, lo más esperado: la raíz pivotante —esa colita blanca que asoma rápidamente desde la cáscara. Es el primer grito de vida. Es la señal de que hiciste todo bien.
Esa raíz no solo busca agua. Es el ancla que definirá todo el sistema radicular. Trátala con cuidado: a partir de aquí, ya estás cultivando.
¿Cuánto tarda?
- 24 a 72 horas si todo está bien.
- Hasta 7 días si la semilla es vieja, débil, o si las condiciones no son óptimas.
Lo ideal es observar sin intervenir. El exceso de manipulación es el enemigo silencioso de la germinación exitosa.
Métodos que funcionan (y no fallan)
Da lo mismo si estás recién partiendo o ya tienes experiencia: estos son los métodos que realmente usan los cultivadores expertos.
- Germinación directa en sustrato. Es la forma más natural y menos invasiva. La semilla parte su ciclo en un entorno estable, parecido al de la naturaleza. Ideal si sabes manejar bien la humedad del medio.
- Método en sustratos inertes (como fibra de coco o lana de roca). Súper útil si quieres tener control total desde el primer momento. Evita el estrés del trasplante y permite que la raíz se desarrolle sin interrupciones. Muy recomendado por cultivadores avanzados.
- Método del papel húmedo (no tan recomendado). Aunque es bien conocido —servilletas húmedas, un tupper cerrado y paciencia—, cada vez se usa menos. ¿Por qué? Porque la semilla queda expuesta a la luz y después hay que moverla, lo que puede dañar la radícula. Puede servir si no tienes otra alternativa, pero hay que saber muy bien lo que se está haciendo.
- Método OVNI (mini invernadero). Control absoluto de temperatura y humedad. Es lo más pro que se puede hacer sin tener un laboratorio en la casa.
Bonus Pro: ¿Quieres asegurar una tasa de germinación de +95%? Lee nuestra guía completa: Germinación garantizada: 3 Métodos Infalibles.
La infancia delicada – Etapa de plántula
Esta es la etapa más frágil y crítica del cultivo: la fase de plántula. Aquí es donde la planta empieza a construirse desde cero. Y aunque sea pequeña, esta fase no perdona errores. Lo que hagas (o no hagas) en estas primeras semanas puede definir todo tu cultivo.
Sí, suena intenso. Porque lo es.
¿Qué es una plántula?
Una plántula es la etapa juvenil de tu planta. Aparece justo después de la germinación, cuando la raíz ya se ha fijado en el sustrato y los cotiledones (esas hojitas redondeadas) se abren para dar paso a la vida.
Poco después emergen las primeras hojas verdaderas: delgadas, bordes aserrados y con la clásica forma de hoja de Cannabis. Cuando eso pasa, la planta deja de depender de sus reservas internas y comienza a buscar luz, agua y aire activamente.
¿Qué necesita una plántula para sobrevivir (y crecer bien)?
Esta etapa dura de 2 a 3 semanas, y durante ese tiempo, cada variable importa.
- Luz suave pero constante: Nada de sol directo ni LED al máximo. Usa luz blanca o LED a baja intensidad, manteniéndola a buena distancia para evitar quemaduras.
- Muy poco riego: Aquí es donde la mayoría falla. Las raíces jóvenes necesitan oxígeno tanto como agua. Satura el sustrato y tendrás plántulas ahogadas. Riega solo cuando el sustrato esté casi seco en la superficie.
- Cero fertilizantes al principio: La planta se alimenta de los cotiledones en esta fase, así que no necesita nutrientes extra si estás usando un sustrato que ya viene abonado. Pero ojo: si estás cultivando en un medio inerte (como fibra de coco, lana de roca o jiffy sin nutrientes), sí necesita un abonado ligero desde el comienzo. Darle nutrientes demasiado pronto —sin necesidad o en exceso— puede quemar la plántula o frenar su desarrollo.
- Ambiente controlado: La humedad relativa ideal está entre 60 y 70%. Usa un domo si es necesario, pero ventílalo a diario para evitar moho.
Errores comunes (y cómo evitarlos)
- Espigamiento extremo: Si ves que la plántula se estira como si estuviera buscando el cielo, necesita más luz. El tallo largo y débil puede quebrarse fácilmente.
- Moho en el sustrato: Señal de exceso de humedad o mala ventilación. No riegues “por si acaso”; riega con intención.
- Tallos flacos y caídos: Falta de luz o raíces dañadas. Asegúrate de que la luz llegue desde arriba, no de costado.
Consejo pro: Si quieres darle a tu plántula la mejor base posible, empieza con el medio correcto. Revisa nuestra guía: El sustrato perfecto para Cannabis.
La Explosión de crecimiento – Etapa Vegetativa
La etapa vegetativa es donde el Cannabis crece, se expande, se fortalece, y comienza a revelar su arquitectura. Cada hoja, cada rama y cada nudo que se desarrolla en este punto es una inversión directa en la floración que vendrá.
¿Quieres plantas grandes, sanas y productivas? Esta es la etapa donde se construyen.

¿Cuándo empieza la fase vegetativa?
La etapa vegetativa comienza oficialmente cuando tu plántula desarrolla varias hojas verdaderas y un tallo robusto. Ya no es una bebé: es una joven en pleno crecimiento. Las hojas empiezan a tener 5, 7 o más folíolos, y la planta entra en modo expansión total.
¿Qué necesita en esta etapa?
- Luz intensa y prolongada. Esta es la gasolina del crecimiento. En interior, lo ideal es un fotoperiodo de 18/6 (18 horas de luz, 6 de oscuridad) para plantas feminizadas fotoperiódicas. Si estás cultivando plantas automáticas, puedes optar por un ciclo 20/4, ya que aprovechan mejor la luz constante y no dependen de la oscuridad para florecer. Cuanto mejor sea la calidad de la luz, más robusta será la planta.
- Riego más frecuente, pero controlado. A medida que crece, la planta absorbe más. Pero ojo: el exceso sigue siendo enemigo. Usa el peso de la maceta como indicador. ¿Ligera? Riega. ¿Pesada? Espera.
- Nutrientes clave: nitrógeno (N). El Cannabis en etapa vegetativa necesita mucho nitrógeno, esencial para producir hojas verdes, tallos fuertes y ramificación. Usa fertilizantes equilibrados, y ajusta según la respuesta de la planta.
- Espacio para crecer (y respirar). Este es el momento de trasplantar si estás en macetas pequeñas. Las raíces necesitan espacio para seguir desarrollándose sin trabas.
Entrenamiento y poda (solo en feminizadas o regulares): moldea la estructura
Este es el momento ideal para aplicar técnicas de cultivo avanzadas que pueden aumentar considerablemente la producción, siempre y cuando estés trabajando con plantas fotoperiódicas (feminizadas o regulares).
👉 Ojo: si estás cultivando autoflorecientes, evita este tipo de intervenciones — su crecimiento rápido y su sensibilidad al estrés no las hace buenas candidatas para poda ni doblado.
Si estás cultivando fotoperiódicas, este es el momento perfecto para poner manos a la obra con estas dos técnicas clave:
- LST (Entrenamiento de Bajo Estrés): Dobla y ata ramas para abrir la planta horizontalmente. Esto mejora la exposición a la luz y genera más sitios de floración.
- Poda apical: Corta la punta principal para forzar el crecimiento lateral. Resultado: plantas más anchas, más cogollos, más rendimiento.
Ambas técnicas, bien hechas, te pueden duplicar la producción final.
¿Cuánto dura la fase vegetativa?
En interior, suele durar entre 3 y 8 semanas, dependiendo del tamaño que busques. Algunos cultivadores extienden esta fase intencionalmente para conseguir plantas más grandes y productivas.
Pero no te pases: cuanto más larga sea esta etapa, más necesitarás controlar la estructura y el entorno.
Consejo pro: ¿Quieres maximizar rendimiento? No improvises. Lee nuestras guías completas: Poda apical para aumentar cosechas y entrenamiento de bajo estrés (LST).
La recompensa – Etapa de floración
Llegaste al momento más esperado del cultivo. Todo lo que hiciste hasta ahora —la germinación precisa, la plántula bien cuidada, la etapa vegetativa trabajada como un pro— converge en esta etapa: la floración.
Acá es donde se desarrollan los cogollos, empieza a producir la resina, y tu planta empieza a mostrar lo que vale. Pero ojo: también es la fase más sensible, la que más exige tu atención. Una falla aquí, y puedes tirar semanas de trabajo por la borda.
¿Cuándo empieza la floración?
- En cultivos interiores, la floración se activa al cambiar el fotoperiodo a 12/12 (12 horas de luz + 12 de oscuridad).
- En exterior, la planta entra en floración de forma natural al acercarse el otoño, cuando los días se acortan.
En ambos casos, la señal es clara: la planta detiene el crecimiento vegetativo y empieza a formar flores.

Subfases de la floración (semana a semana)
Semanas 1–3: El Estirón
En esta primera fase, la planta se estira con fuerza. Puede duplicar su altura en cuestión de días. También aparecen los primeros pistilos: esos pelitos blancos que salen de los nudos, indicando que las flores han comenzado a formarse.
👉 Consejo pro: Asegúrate de tener espacio vertical suficiente. Si no, aplica LST antes de que sea tarde.
Semanas 4–6: Formación y engorde de cogollos
Los cogollos empiezan a compactarse y a llenarse de tricomas, esos cristales brillantes que contienen los cannabinoides y terpenos.
Los cálices se inflan, la producción de resina se dispara, y el olor empieza a volverse intenso. Acá es donde muchas plantas muestran su perfil aromático y genético.
👉 Aumenta la ventilación y filtra el aire si cultivas indoor. El olor se vuelve muy intenso.
Semanas 7–9: Maduración total
En esta etapa, los cogollos ya no crecen en tamaño, pero sí en densidad y potencia. Los pistilos cambian de color —de blanco a naranja o marrón— y los tricomas pasan de transparentes a lechosos o ámbar.
📌 Este cambio visual es tu termómetro de cosecha. Los tricomas lechosos indican alto THC. Los ámbar, efectos más sedantes.
¿Qué necesita la planta en floración?
1. Luz perfecta y constante
- En variedades feminizadas fotoperiódicas, el fotoperiodo 12/12 (12 horas de luz, 12 de oscuridad) es ley: esta reducción de luz es la que activa la floración. En automáticas, en cambio, puedes mantener un ciclo 20/4, ya que florecen por edad y no por el cambio de luz. De hecho, cuanta más luz reciban, mejor será su rendimiento.
- Usa iluminación de espectro rojo y cálido. Estimula la floración y la producción de resina.
- Cualquier filtración de luz durante el período oscuro puede interrumpir la floración o causar hermafroditismo. Oscuridad total = prioridad máxima.
2. Nutrientes específicos
- En esta etapa, el Cannabis demanda fósforo (P) y potasio (K).
- El fósforo potencia el desarrollo de flores y raíces, mientras que el potasio mejora la densidad y el transporte de azúcares.
- Muchos cultivadores avanzados usan potenciadores de floración (PK boosters) para maximizar la resina.
3. Humedad bajo control
- Mantén la humedad relativa entre 40% y 50% para evitar mohos como la temida Botrytis (podredumbre gris).
- Usa deshumidificadores si es necesario y revisa bien entre los cogollos compactos.
¿Cómo saber el momento exacto de la cosecha?
La vista no miente. La clave está en los tricomas:
- Transparentes: Demasiado pronto.
- Lechosos: Máxima potencia psicoactiva.
- Ámbar: Efecto más corporal y relajante.
No coseches a ciegas. Usa lupa o microscopio. Lee nuestra guía completa: Cosecha en su punto: La guía de los tricomas.
